lunes, 25 de abril de 2011

Tus negros cabellos



Apareciste frente a mí y me subyusgaste
y enseguida, sin asumirlo, me enamoré.
Había momentos en que me inquietabas
al advertir de la manera que te encendías.

Tus encantos florecieron en mí profundos;
por eso en mi alma deseé llevarte siempre.
Al verte tan majestuoso te gocé mucho más;
de pronto llegó el alba y decidiste marchar.

Tus negros cabellos, en sueños anhelé besar
y la fatalidad del destino aceleró mi empeño.
Así pude observar gozosa cómo te disipabas
hasta que volvieras para estar otra vez juntos.

Mientras que se desfloraba el olvido vivido
empecé a disfrutar del rescordo de mi sueño
y de los albores de tu aroma que quedaron
en mi cuerpo, y ya no logré jamás dispersarlo.

Tu garbosa silueta se incorporó dentro de mí
y en los pliegues de las olas admití descansar.
En ese instante se hizo más amable mi dormir
y la embriaguez de tu amor percibí al despertar.

Amelia Moncada Georgiades










jueves, 14 de abril de 2011

Te dejo este poema

















Sólo con sentir tu nombre
me elevo al mismo paraíso.
Tú eres mi única felicidad,
alegría y constante fantasía.

Hay excesivas cosas más
que callo ahora por decoro;
todo eso significas tú para mí,
en este mencionado momento.

Desde el umbral de mi alcoba
oigo tus pasos que se acercan,
en el silencio de la noche
pregunto:¿Eres tú el que vienes?

¡Duérmete, sentimiento mío,
y despierta con la aurora.
Antes de que se ausente
quiero darle mis abrazos!

Todo lo obtengo de ti;
tu pasión, amor y poesía.
¡Qué más puedo desear
si lo regalas ilusionado!

¡Te quiero, vida mía!
Y te ofrezco este poema
con minués, y tiernas palabras;
te lo entrego de corazón.

Guárdalo en tu mente.
se quedará para siempre
asegurado en tu memoria;
son nuestros recuerdos.

Si pudiera acariciar tu faz,
mis manos se seslizarían
para hacerte mil halagos.
No olvides que aún te amo.


Amelia Moncada Georgiades