jueves, 31 de marzo de 2011

Besos al viento


Le entregaré besos al viento
para cuando roce tus rasgos
mis labios apaguen el ardor
que tienen siempre los tuyos.

Yo amortiguaré con los míos
la fogosidad que les quema.
Aunque te encuentres lejos ,
los has de sentir en tu boca.

Quiero mirar tus ojos verdes
a través del Océano Atlántico.
He extraviado la brújula
y estoy en las aguas perdida.

Ansiosa deseo que comparezcas,
porque sigo sin ver el rumbo.
Tú me llevarás por la ruta cierta
para seguir por ti protegida.

Los días pasan demasiado lentos
y mi afán es que vayan deprisa.
Me entristece estar separada de ti;
no aguanto más esta distancia.

Me desanima la lentitud que tolero,
y no sé cómo ir a tu encuentro.
Por momentos, me voy atenuando;
necesito decirte todo lo que te amo.


Amelia Moncada Georgiades

martes, 22 de marzo de 2011

Inquietos deseos


La luz crepuscular entraba tras el cristal.
Creí ver por los visillos tu esbelta figura,
al momento desapareciste de mi vista.
Pensé que todo eran imaginaciones mías.

Te habías extinguido como cortina de humo;
ya no te vi pasar después por el mismo lugar.
Fue una confusión desafortunada.
¡Qué error, si te conocía más que de memoria!

De igual forma que te evaporaste, apareciste.
No di seguridad a lo que estaba pasando
ni supe entender el porqué de tu regreso,
ya no te esperaba, y fue una sorpresa para mí.

Inquietos deseos aparecieron en mi vida.
Afianzados sentimientos viví.
El suave roce de tus manos me hizo tembrar
y mi cuerpo empezó a sentir esas vibraciones.

Una expresión silenciosa salió de tus labios;
me quedé pensativa sin saber qué hacer.
Pensé que debía controlar mis emociones
y volví a caer rendida en tus brazos.

Con el pensamiento lúcido, te hablé esa noche
para decirte lo mucho que te echaba de menos.
Tu canción dio alegría y reposo a mi corazón,
y mi alma se conmovió al recitar tú en silencio.


Amelia Moncada georgiades

domingo, 13 de marzo de 2011

Un nuevo yacer


Me embrujaste con tus ojos almendrados;
enseguida entró en mí el calor de tu llama.
No sé por qué vi en tu mirada algo distinto
que me hizo otra vez volverme a enamorar.

Estaba todo muerto y abrió un nuevo yacer,
y se manifectó en mí este hermoso despertar.
Desde ese momento ya no te pretendí excluir
por estar en lo más sumergido de mi persona.

Bendito entusiasmo que empecé a distinguir,
y la alegría que proporcionaste a mi corazón
colmándolo de fascinadores y buenos deseos
que todavía incendian demasiado mi espíritu.

Tantas cosas pasaste por dentro de mi sangre
que no sé de qué manera las podía comentar.
Son tan intensas las sensaciones que persisten;
las llevo sintiéndolas más de lo que imaginas.

Aunque compartimos nacientes sentimientos
nunca los mostraremos: son nuestros velados.
Y los mantendremos en la más digna intimidad.
Sabemos que este amor no lo podemos revelar.


Amelia Moncada Georgiades

miércoles, 9 de marzo de 2011

Lugar soñado (Rainer Maria Rilke en Ronda)


El Crepúsculo avanzaba presuroso
para entrar enseguida en la sombra.
Esa noche la pasé bastante calmada;
esperaba despertar bien esa mañana.

Por fortuna conseguí llevarlo a cabo,
aunque el trayecto iba a ser confuso.
Fui aligerando para coger el transporte
que me conduciría a ese lugar soñado.

Tuve que pasar por elevadas montañas.
Por fin descubrí el acceso a la ciudad.
Me deslumbró la profundidad del Tajo;
nunca había descubierto uno homólogo.

El aire que se respiraba allá me captaba;
no quería distraerme, tenía que buscarlo.
Así que empecé a observar uno por uno
los parques que encontraba en la marcha.

Mis energías se debilitaban por instantes,
y todavía no presenciaba lo que buscaba.
Una satisfacción dulcificó mi curiosidad
al hallarlo presidiendo la verdosa serranía.

Llegué a su estatua y con alegría lo abracé.
En ese momento sentí el latir de su corazón;
era como si su alma y la mía se conectaran.
Quizá fuera su espíritu que rondaba por allí.


Amelia Moncada Georgiades

lunes, 7 de marzo de 2011

Portada de mi libro



El diez de junio de 2009
fue un día de los que no se olvidan.
Presenté en el Museo Ramón Gaya
mi primer libro de poemas, "Vuelo de pensamientos".
Esa fecha quedará para siempre en mi recuerdo.
Estuve rodeada de mi hijo y amigos.


Amelia Moncada Georgiades

sábado, 5 de marzo de 2011

Sábado















Noche cerrada donde solo hay silencio,
voces en llanto
desde el fondo de mis pensamientos.

Anónimo