jueves, 24 de junio de 2010

Mi sombra y tu cuerpo



















¡Con qué afán yo sería
sombra de tu cuerpo!
Pararía horas y minutos
para retener el tiempo.

Mientras reinara
la mudez del silencio,
toda las noches estaría
velando tu plácido sueño.

Cuando despuntara el alba
seguiría estando a tu lado.
Cada segundo del día
permanecería pegada a tu cuerpo.

Aunque la muerte quisiera
de pronto vencerme,
sólo una corporación habría
siguiendo tus pasos.

Una mancha invisible
por siempre sería,
¡mi sombra y tu cuerpo!


Amelia Moncada Georgiades


martes, 5 de enero de 2010

Amores que no mueren















Los amores nunca nacen en tragedias,
siempre germinan de los sentimientos.
Al ser un desenfrenado amor,
no pudimos impedir que nos sucediera.

¡Cómo que tú me quieres más que yo!
Pienso que cometes un equívoco.
No hay nada que callar ni perdonar.
Estamos los dos completamente libres.

Qué importa que los demás imaginen,
si tú tienes la misma libertad
de prolongar lo que te apetezca.
¡Desde cuándo quererse está prohibido!

Ha germinado esta silenciada pasión
y mi afán es tenerte junto a mí.
No sé si podré decir con palabras
lo mucho que te amo; lo diré en versos.

Este desasosiego salvaje no termina
hasta que no estés conmigo.
Quiero gritarle al mundo que eres mío,
y que me perteneces en cuerpo y alma.

Existen dos seres en lugares inversos
que se agobian si no están unidos.
Déjame amarte como antes
y olvida ya la distancia y seamos felices.


Amelia Moncada Georgiades