jueves, 24 de junio de 2010

Mi sombra y tu cuerpo



















¡Con qué afán yo sería
sombra de tu cuerpo!
Pararía horas y minutos
para retener el tiempo.

Mientras reinara
la mudez del silencio,
toda las noches estaría
velando tu plácido sueño.

Cuando despuntara el alba
seguiría estando a tu lado.
Cada segundo del día
permanecería pegada a tu cuerpo.

Aunque la muerte quisiera
de pronto vencerme,
sólo una corporación habría
siguiendo tus pasos.

Una mancha invisible
por siempre sería,
¡mi sombra y tu cuerpo!


Amelia Moncada Georgiades


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