miércoles, 9 de marzo de 2011

Lugar soñado (Rainer Maria Rilke en Ronda)


El Crepúsculo avanzaba presuroso
para entrar enseguida en la sombra.
Esa noche la pasé bastante calmada;
esperaba despertar bien esa mañana.

Por fortuna conseguí llevarlo a cabo,
aunque el trayecto iba a ser confuso.
Fui aligerando para coger el transporte
que me conduciría a ese lugar soñado.

Tuve que pasar por elevadas montañas.
Por fin descubrí el acceso a la ciudad.
Me deslumbró la profundidad del Tajo;
nunca había descubierto uno homólogo.

El aire que se respiraba allá me captaba;
no quería distraerme, tenía que buscarlo.
Así que empecé a observar uno por uno
los parques que encontraba en la marcha.

Mis energías se debilitaban por instantes,
y todavía no presenciaba lo que buscaba.
Una satisfacción dulcificó mi curiosidad
al hallarlo presidiendo la verdosa serranía.

Llegué a su estatua y con alegría lo abracé.
En ese momento sentí el latir de su corazón;
era como si su alma y la mía se conectaran.
Quizá fuera su espíritu que rondaba por allí.


Amelia Moncada Georgiades

3 comentarios:

María dijo...

Rilke.
Poemas, versos de miradas donde la luz encuentra el resplandor del primer día.

Bonito poema. Besos

Vinicius Carvalho dijo...

Hola!

Vengo a agradecer su afecto en el alma!

Contar mis borracho que sus escritos, la voluntad de volver!

Un beso mi amor! 1

Nos conocimos en Alma.

Vinicius.

Amelia dijo...

Gracias Maria por tu comentario y en especial
a Vinicius. Que bonito conocerse en alma es la cosa más bella que me han dicho.

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